Cuando los filósofos hablan de juicios de valor, se refieren a tipos de afirmaciones que hacen una evaluación positiva o negativa de algo. Estos juicios expresan lo que sentimos sobre algo más que lo que pensamos sobre ello. Todos los juicios de valor son esencialmente subjetivos, lo que significa que no pueden probarse objetiva o empíricamente como verdaderos del mismo modo que las afirmaciones fácticas. Hay muchos ejemplos de juicios de valor, que veremos con más detalle a continuación.

Declaraciones de hecho
Un enunciado de hecho es cualquier afirmación que pueda demostrarse que se corresponde con la realidad. Es un tipo de afirmación objetiva o científica que no expresa ningún juicio sobre la realidad. Ejemplos de enunciados de hecho son: “La Tierra es redonda”, “El río Nilo fluye desde el lago Victoria”, “Hubo dos guerras mundiales en el siglo XX” y “El barco zarpó el 4 de julio”. Un juicio de valor, sin embargo, es una afirmación que hace una evaluación positiva o negativa de algo. Ejemplos de juicios de valor son: “La tierra es hermosa”, “El río Nilo es una fuente de vida”, “Las dos Guerras Mundiales fueron sangrientas y destructivas” y “El barco zarpó el Día de la Independencia”.
Advertencias o recomendaciones
Una advertencia o recomendación es otro ejemplo de juicio de valor. Las advertencias o recomendaciones son afirmaciones que transmiten el consejo de una persona respecto a un curso de acción concreto. “No camines solo por la noche en esta parte de la ciudad”, “Debes estirar antes de empezar a correr”, “Debes beber mucha agua cuando hagas ejercicio en un clima cálido” y “Debes comer de forma saludable” son ejemplos de juicios de valor.
Expresiones de deseo o aversión
Una expresión de deseo o aversión es un juicio de valor que hace un llamamiento emocional más que racional. Una expresión de deseo o aversión muestra cómo se siente uno con respecto a algo en lugar de lo que piensa sobre ello. “Quiero ese trabajo”, “No quiero comer este brócoli”, “Anhelo unas vacaciones” y “Estoy harto de este tiempo lluvioso”. Tenga en cuenta que los juicios de valor no son necesariamente emociones, aunque a menudo lo son. “Eso está mal”, “Eso es injusto”, “Eso es cruel” y “Eso es injusto” son todos juicios de valor.
Declaraciones de lo que se debe y no se debe hacer
De la misma manera que las advertencias o recomendaciones son un tipo de juicio de valor, los “do’s and don’ts” son otro ejemplo de juicios de valor. Todos los códigos morales son esencialmente sistemas de lo que se debe y no se debe hacer. “Ser honesto”, “no robar a la gente”, “intentar ser justo” y “no ser racista” son ejemplos de juicios de valor.
Opiniones objetables
Una opinión objetable es un juicio de valor que no sólo es subjetivo, sino también irracional. Una opinión objetable puede basarse en suposiciones falsas o basarse en la falta de conocimientos relevantes. “No me gusta el brócoli”, “no me gusta el tiempo lluvioso” y “creo que el brócoli es malo para la salud” son ejemplos de opiniones objetables.
Conclusión
Un juicio de valor es cualquier afirmación que hace una evaluación positiva o negativa de algo. Todos los juicios de valor son esencialmente subjetivos y no pueden probarse objetiva o empíricamente como verdaderos de la misma manera que las afirmaciones fácticas. Hay muchos ejemplos de juicios de valor, entre los que se encuentran las afirmaciones de hecho, las advertencias o recomendaciones, las expresiones de deseo o aversión, las afirmaciones de lo que se debe y no se debe hacer y las opiniones objetables. Si quieres mejorar tu capacidad de expresión, deberías intentar hacer más juicios de valor en tu vida diaria. Si aprendes a expresar tus juicios de valor con más seguridad, podrás convertirte en una persona más expresiva, asertiva y atractiva.