Los movimientos involuntarios, también conocidos como aberraciones, son movimientos breves y rápidos que parecen no tener ningún propósito. Las personas con la enfermedad de Parkinson experimentan movimientos involuntarios o temblores de una o más partes del cuerpo que no pueden ser controlados. Estos temblores dificultan a la persona la realización de tareas cotidianas como escribir o comer. Otros trastornos de movimientos involuntarios pueden consistir en sacudidas o espasmos de una extremidad o de todo el cuerpo, muecas, movimientos oculares inusuales y otras sensaciones extrañas. Este artículo explora algunos movimientos involuntarios comunes que se observan en personas con la enfermedad de Parkinson.
No hablar con fluidez o tartamudear
Un trastorno del habla es cualquier dificultad para comunicarse con otras personas. Hay muchas razones por las que alguien puede tener un trastorno del habla. Puede deberse a un trastorno del desarrollo, un accidente cerebrovascular, una afección psiquiátrica o una enfermedad. También puede ser una combinación de factores. Las personas que tienen un trastorno del habla pueden no ser capaces de hablar con fluidez o pueden repetir una palabra o un sonido una y otra vez. También pueden tener problemas para mantener el contacto visual mientras hablan o hacen descripciones detalladas. Las dificultades de comunicación pueden generar sentimientos de vergüenza y ansiedad en la persona que padece el trastorno. Las personas con un trastorno del habla pueden frustrarse con facilidad, especialmente cuando la gente les malinterpreta o se impacienta al intentar comunicarse con ellos. Es importante que la familia y los amigos sean pacientes y comprensivos, y que intenten no frustrarse al hablar con la persona. La logopedia puede ayudar a las personas a mejorar su capacidad de comunicación. Algunos tipos de terapia pueden consistir en trabajar el control muscular y la colocación de la lengua para ayudar a reducir el sonido de la tartamudez.
Sacudir la cabeza o el cuerpo
Las sacudidas de cabeza, también conocidas como temblor de cabeza, son uno de los movimientos involuntarios asociados a la enfermedad de Parkinson. Este síntoma suele comenzar años antes de que aparezcan otros síntomas del Parkinson. El temblor de cabeza es uno de los primeros síntomas más comunes del Parkinson. También puede ocurrir en otros trastornos o cuando una persona toma ciertos medicamentos. También pueden producirse otros temblores corporales en otros trastornos y condiciones. El síndrome de las piernas inquietas provoca temblores en las piernas que suelen ser peores cuando la persona está descansando. Los temblores en los brazos pueden deberse a una glándula tiroidea hiperactiva, a un nivel bajo de azúcar en la sangre, a ciertos trastornos neurológicos y a determinados medicamentos.
Movimientos de las extremidades
Las sacudidas musculares en una parte del cuerpo (fasciculación) pueden deberse a una lesión, a una lesión nerviosa o a ciertas enfermedades. Las lesiones que provocan fasciculaciones son las distensiones musculares, las lesiones nerviosas, las roturas de huesos y otras lesiones físicas. Estas lesiones suelen afectar a los músculos más grandes, como los de los brazos y las piernas. Las enfermedades que pueden causar fasciculaciones son la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), ciertas enfermedades metabólicas, trastornos del sistema nervioso central, trastornos metabólicos y trastornos nerviosos. La ELA es un trastorno neurológico que provoca el desgaste de los músculos. Las fasciculaciones también pueden deberse a ciertos medicamentos, como los de la presión arterial, las estatinas, la nicotina, la cafeína u otros estimulantes.
Apretar la mandíbula y rechinar los dientes (bruxismo)
El bruxismo es una enfermedad que hace que la persona apriete y rechine los dientes. Los dientes se utilizan a menudo como válvula de escape para el estrés o la ansiedad, pero el bruxismo también puede ser el resultado de ciertos medicamentos o deficiencias nutricionales. Las personas con bruxismo suelen tener dolores de cabeza o de mandíbula, y a veces rechinan los dientes con tanta fuerza que se rompen o astillan. Un dentista puede ayudar a la persona a dejar de rechinar los dientes y reparar el daño causado a sus dientes. Los medicamentos como los antidepresivos, los esteroides, los anticonvulsivos, ciertos medicamentos para la presión arterial, los ansiolíticos, los antihistamínicos y los antipsicóticos pueden provocar el rechinamiento de los dientes. El rechinar de dientes es más frecuente en los adultos que rechinan los dientes que en los que los aprietan.
Movimientos espasmódicos rápidos (rigidez, temblores y espasmos)
Los movimientos involuntarios en una parte del cuerpo pueden afectar a cualquiera o a todas las partes del cuerpo. Se producen en muchas enfermedades diferentes, como la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple y los accidentes cerebrovasculares, pero también pueden ocurrir cuando hay una deficiencia de ciertas vitaminas o minerales. La rigidez, los temblores y los movimientos espasmódicos pueden deberse a diversas causas, como un nivel bajo de azúcar en la sangre, la abstinencia de cafeína, ciertos medicamentos, el estrés, la falta de sueño y ciertas condiciones de salud, como trastornos metabólicos, trastornos de la tiroides y enfermedades del sistema nervioso.
Movimientos lentos y retorcidos (fasciculaciones)
Los movimientos lentos e involuntarios en una parte del cuerpo son un signo de un trastorno nervioso. Este síntoma puede darse en personas con esclerosis múltiple, esclerosis lateral amiotrófica (ELA), lesiones de la médula espinal, derrames cerebrales, estenosis espinal y ciertas enfermedades metabólicas.
Movimientos rítmicos irregulares (discinesias)
Los movimientos involuntarios irregulares y rítmicos son comunes en la enfermedad de Parkinson. También pueden producirse en algunos trastornos metabólicos y en personas con enfermedades degenerativas del sistema nervioso central. Los trastornos vasculares, como la esclerosis múltiple, también pueden causar movimientos rítmicos irregulares.
Conclusión
Los movimientos involuntarios son un síntoma común, y pueden deberse a muchas cosas diferentes. Es importante que acudas a un médico si crees que puedes tener un problema de movimientos involuntarios. Cuanto antes reciba tratamiento, mejor podrá controlar el problema. El médico puede ayudarte a descubrir la causa del movimiento involuntario. También puede ayudarte a elaborar un plan de tratamiento que funcione para ti.