Ejemplos de prosopopeya

La prosopopeya es la técnica literaria que consiste en dar voz o palabras a un objeto inanimado, un animal u otra entidad no humana. También se conoce como personificación y antropomorfismo. La prosopopeya viene de las palabras griegas prosopon (“persona”) y poein (“hacer”). En otras palabras, es un recurso que hace que entidades no humanas parezcan humanas. La palabra viene de las palabras griegas prosoopus y poein, que juntas significan “conferir el habla” a algo que normalmente no es capaz de hablar. El término se utiliza sobre todo para dar la impresión de que algo no humano (un árbol, una montaña, un arroyo) habla con lenguaje humano. He aquí algunos ejemplos de prosopopeya:

Ejemplos de prosopopeya en la literatura

El Soneto 73 de Shakespeare es un poema en el que el hablante (presumiblemente el poeta) se dirige a su “amor”, pero éste no es un ser humano. Son la noche, la oscuridad, la luna, las estrellas, las flores, el mar y los pájaros los objetos del amor del poeta. Del mismo modo, el poema de Walt Whitman I Hear America Singing está lleno de casos en los que los pájaros, el viento, los arroyos, el maíz e incluso los caballos son representados como cantantes. Las Metamorfosis de Ovidio son un largo poema narrativo en 15 libros, cada uno de los cuales comprende varios mitos. En casi todos estos mitos hay un episodio en el que habla alguna entidad no humana. Incluso los objetos inanimados, como las piedras, las rocas y los árboles, cobran vida en el poema de Ovidio.

Objetos inanimados que hablan

Uno de los ejemplos más famosos de este tipo es la transformación del árbol (el roble) en poeta en Rebelión en la granja, de George Orwell. Cuando los animales deciden tomar el control de la granja, el cerdo Squealer anuncia “Camaradas, los cerdos somos cerebros. Somos los maestros y los poetas de la granja”. Squealer, que es un cerdo muy inteligente, que sabe hacer sumas y escribir poesía, va a leer unos versos que acaba de componer”. El poema que lee Squealer es una declaración de la supremacía de los cerdos sobre los demás animales: Otros ejemplos son los siguientes: – En el comienzo del poema La tierra, de Robert Frost, el hablante dice: “La tierra era nuestra antes de que nosotros fuéramos de la tierra”. Aquí la tierra se presenta como un ser humano cuya voz fue “poseída” por el pueblo. – En el poema The Trees (Los árboles), de la poeta estadounidense Joyce Kilmer, se describe a los árboles como “silenciosos, pensativos, esperando” y luego, de repente, estallan en voz alta: “Somos los árboles”. – En el poema Grass, de Carl Sandburg, el poeta se dirige a la hierba como si hablara: “Hierba, estás creciendo sobre mí, cubriéndome. Me estoy convirtiendo en parte de ti”.

Los animales como hablantes

En el poema de John Dryden La cierva y la pantera, la narradora es una cierva y la pantera es uno de los animales que la cazan. El poema está repleto de casos en los que los animales son representados como seres humanos. La cierva es “modesta” y “piadosa” y la pantera es “culpable”, “hosca” y “traicionera”. La cierva “ama” y la pantera es “celosa”. El poema termina con la pantera atrapada en una trampa tendida por la cierva. El poema The Owl and the Pussy-Cat (El búho y el gato), de Edward Lear, es un poema serio y falso sobre un naufragio tonto que reúne a un “par de corchos/en un par de barriles/a la deriva”. Los dos pasajeros de los barriles son un búho y un gatito. La sinceridad de los dos es evidente por su diálogo en el poema:

Los seres humanos como hablantes

Los ejemplos más comunes de prosopopeya se encuentran cuando un ser humano se dirige a un objeto inanimado o a un animal. Uno de los mejores ejemplos de prosopopeya se encuentra en la Biblia, cuando se representa a Dios hablándole al viento: “Hasta aquí llegarás, pero no más allá; y aquí se detendrá tu orgullosa ola” (Job 38:11). Del mismo modo, en el poema The Desert Places de Robert Frost, el poeta personifica el desierto y le da una voz humana. El desierto dice que es “odioso” y “no apto para el uso”. El desierto es “cruel” y “no es amable con los extraños”.

Conclusión

La prosopopeya es principalmente un recurso para dar voz a entidades no humanas. Es una técnica especial en la que el poeta imagina que los objetos inanimados, los animales, los fenómenos naturales, etc., son seres humanos, y luego los describe como tales. Mediante este recurso, el poeta puede transmitir sus ideas de forma mucho más eficaz que con el uso de meras generalizaciones. La técnica de la prosopopeya es útil para dar una calidad humana a las cosas sobre las que queremos expresar nuestros sentimientos, pensamientos y pasiones.

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